Uno de los eventos imprevisibles más peligrosos para nuestras finanzas personales y al que todos estamos expuestos, es sufrir de una enfermedad crítica. Las principales enfermedades críticas son: Cáncer, ataque cardíaco, alzhéimer, derrame cerebral, trasplante de órganos, esclerosis múltiple, problemas renales y parálisis.

Las enfermedades críticas son mucho más frecuentes de lo que nos imaginamos, es 4 veces más probable que suframos de una enfermedad crítica a que fallezcamos antes de llegar a los 65 años de edad.

Si bien, 3 de cada 4 personas sobrevivirán sus enfermedades críticas por más de 10 años, el problema financiero que les puede ocasionar no se limita al costo del tratamiento sino también a la pérdida de ingresos por dejar de trabajar.

Ante esta situación sólo tenemos dos opciones. Asumimos el riesgo nosotros mismos o transferimos el riesgo a una aseguradora.

El seguro de enfermedades críticas, a diferencia del seguro de salud, te permite elegir la cobertura que deseas contratar. Esta cobertura es pagada por la aseguradora luego de que el asegurado es diagnosticado y cumple el plazo de espera. Esta indemnización se realiza en un sólo pago. El dinero recibido puede usarse para cubrir los gastos médicos, para compensar la pérdida de ingresos o para cualquier otro fin.

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